Mi vida es un completo desastre: siempre hay
más penas que alegrías y cuando creo que algo va bien, es al contrario. Pero,
¿y qué? Es mi vida. Si me vengo abajo y me dejo comer por lo negativo,
entonces, ¿ qué será de mí? Hay que sobreponerse lo más rápido posible y darse
cuenta de que siempre se le puede sacar más partido a la vida. Hay que darse
cuenta de que de una situación negativa siempre se pueden aprender y mejorar
cosas, al igual que ocurre con los errores.
Me gusta errar, porque si no errase no sería
un ser humano que está aprendiendo a vivir, porque no existe la perfección. Me
gusta errar porque se que es la única manera de darme cuenta de lo que hago
bien y mal, y de las consecuencias que tienen mis actos. Estoy aprendiendo lo
que es la vida, así que con cada error, estoy más cerca de darme cuenta de lo
que necesito para ser feliz.
De nada me sirve lamentarme por el desastre
que es mi vida. Si me paro a pensar todas las vidas tienen su perfecto desastre,
y aunque parezca mentira, ese desastre consigue que te desvivas por tener lo
que quieres, por alcanzar tus objetivos… Por conseguir lo que más de una vez
has soñado.
¿Y a ti, te gusta que tu vida sea un
desastre?
Recordaros que podéis responder en un comentario a la pregunta que formulo. Os responderé encantada y, por supuesto, todas las opiniones son respetadas. Os invito a reflexionar sobre esto.
Besis,
Dieciséisdeldiez.
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